EL ARTE ES AMOR.
Fue el dolor.
Ese misterio tan humano y tan nuestro.
Ese misterio incomprensible para el que no cree,
si Dios existiese.
Ese misterio radicalmente incomprensible
si no existiese Dios.
Fue el dolor.
El dolor sereno y clásico del que va a la muerte
con la frente alta
con el alma en paz,
con la faz tranquila del que perdona al que hiere,
porque hay algo superior a él.
Fue el dolor.
El dolor .retorcido y barroco de la tortura y el sadismo.
Del corazón duro y el alma acartonada, petrificada, maloliente.
Fue el dolor...
del cuerpo ya muerto y la serenidad neoclásica de la nueva paz.
Fue el dolor...
Pero sobretodo
fue TU DOLOR,
tu dolor, Señor, que hizo comprensible el mío,
y que dio y da sentido a todo dolor y a toda amargura.
Tu Sangre humana que hizo la nuestra de valor divino.
Fue tu miedo en el Huerto tan humano y tan cercano al nuestro.
Fue tu flagelación barroca en tu carne serena
la que dio paz y clasicismo a nuestro dolor barroco.
Fue tu Cruz y tu Muerte la que engendraron nuestra "compasión" de cada día.
Fuiste Tú, Señor, quien nos hizo nacer al Arte y gemir nuestras entrañas desde dentro.
Y todo nuestro arte, tan humano,
no es sino un grito de tu carne maltratada,
hecha carne nuestra;
de nuestra carne viva, hecha piedra y madera palpitante,
palabra dolorosa, hiriente melodía...
Tú eres, Señor, que gritas y te eternizas en los siglos cristianos,
en nuestro arte.
Tú eres, quien nos naces en el dolor de nuestros pechos,
en el gemido de nuestras saetas,
en la madera labrada de tus cristos,
en las Dolorosas aceptantes,
en los discípulos huidos, tan nosotros,
en las lágrimas furtivas del niño y de la anciana
cuando pasan.
todos es arte.
El arte eterno y el arte que pasa y no se repite.
Todo es arte y yo sé que Tú lo entiendes como arte.
Es nuestra maldad que se escapa y se esculpe en los sayones,
y así nos sale fuera sin herir a nadie.
Eres Tú, en fin, Señor, todo nuestro arte.
Arte y dolor.
Dolor y cuaresma.
Dios y hombres.
Amor y arte.
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