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"VERSOS INUTILES"
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"versos místicos"
CARLOS PORTILLO SCHARFHAUSEN
http://organigramageneral.blogspot.com
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"VERSOS INUTILES"
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"versos místicos"
CARLOS PORTILLO SCHARFHAUSEN
http://organigramageneral.blogspot.com
DEDICATORIA A TODAS LAS ALMAS CONSAGRADAS.
A todas las almas consagradas
Con infinita admiración,
cariño y agradecimiento.
Escritos para que la Palabra de Dios, Jesús,
Sea espejo de sus almas.
Que por su entrega sin límites
y su amor fraternal a los hermanos
Me devolvieron a mi hijo Marcos, vivo,
Con infinita admiración,
cariño y agradecimiento.
Escritos para que la Palabra de Dios,
Jesús,
Sea espejo de sus almas.
DEDICATORIA
A LAS HERMANITAS DEL CORDERO.
Que por su pobreza consagrada
y su amor fraternal a los hermanos
Elevan con sus voces el corazón
hasta el Corazón de Dios
Con infinita admiración,
cariño y agradecimiento.
Escritos para que la Palabra de Dios,
Jesús,
Sea espejo de sus almas.
DEDICATORIA
A LA COMUNIDAD BENEDICTINA
DEL MONASTERIO
DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
DE SANTA BRÍGIDA.
CANARIAS.
Ora et labora.
Vuestra oración se hace canto de alabanza.
Vuestro canto de alabanza
se hace presente a Dios.
Vuestro trabajo se hace oración.
Como canto de alabanza presente a Dios.
Con infinita admiración,
cariño y agradecimiento.
Escritos para que la Palabra de Dios,
Jesús,
Sea espejo de sus almas.
Que en todo sea Dios Glorificado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.
INDICE “VERSOS INÚTILES”
n.‑ 476 soy inútil, Señor.
n.‑ 470 te necesito, Señor.
n.‑ 465 en cada latido de mi existencia
n.‑ 493 Señor, yo acepto la vida si te place enviármela.
n.‑ 494 no me has llamado con tu voz, a gritos.
n.‑ 481 Señor, tu que tallaste nuestras manos extendidas.
n.‑ 501 Señor Dios, habla Tú.
n.‑ 502 hoy quiero decirte que ¡ SI!
n.‑ 503 Tú y Belén.
n.‑ 504 mi virginidad, Señor, es un trozo de tu Virginidad.
n.‑ 505 deja que hoy te abras en mi esperanza.
n.‑ 506 resurrexit:
n.‑ 507 ¿dónde está la paz, Señor?
n.‑ 403 hoy he vuelto a pensarlo en silencio.
n.‑ 509 fue el dolor
n.‑ 489 la cuartilla está blanca como mi corazón.
n.- s/n "y Tú eres Padre".
n.‑ 432 deja, Señor, que mi corazón descanse un poco.
n.‑ 491 quiero tener un momento para la soledad y el silencio.
n.‑ 479 yo sé que estos mis versos no valen ni una flor.
Nota Bene:
la numeración es del Indice General
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soy inútil, Señor.
como los versos salidos de mi mano.
y mi trabajo es inútil como yo.
y me afano y sudo y bajo y hago como si hiciera algo.
pero yo sé que todo es, Señor, completamente inútil y para nada.
y cada día me veo dando grandes manotazos en el aire
y queriendo contener el viento.
y calmar las olas. y resucitar los muertos.
y besar el corazón a los leprosos.
pero es inútil, Señor, completamente inútil.
Hoy como ayer.
mañana como siempre.
y Tú lo sabes bien.
y los hombres me pasan por mi lado
y no sé porqué no me escupen en el rostro cada día,
ni me esputan en la cara.
deben ser, Señor, demasiado buenos.
pero todo sería igual y sería inútil totalmente.
porque TODO eres Tú.
y en mis juegos de niño,
y en mi empeño por multiplicar los panes y las casas,
nada soy yo.
y todo eres Tú.
y yo lo palpo con mi alma cada día.
por eso mis versos son inútiles.
como yo y el viento.
sin Tí.
paséate, Señor, por estas letras.
por estos latidos de mi corazón.
y del tuyo.
de los dos.
como por tu propia casa porque tuyos son.
y entonces reposaran los vientos, y calmaran las aguas,
y levantaran los muertos y centuplicaran los panes y las casas.
porque serás Tú.
Tú.
Tú, hoy, ayer y siempre.
sólo Tú.
Porque nosotros, Señor, y Tú lo sabes,
"siervos inútiles somos".
como hambrea una carne otra carne.
así mi alma a Ti.
así mi espíritu hambrea tu Espíritu.
siento esa angustia inconfesable y lenta del vacío por dentro.
de un alma sin arropar.
sin una mano suave que acaricie las fibras íntimas y recónditas
de lo que en mí es de Ti.
siento la necesidad física de tu Ser en mi ser.
quizás sin palabras.
quizás sin caricias,
sin suave amor.
quizás sin una mirada siquiera.
sin nada, Señor.
sólo estar.
pero ESTAR.
TU.
Tú en mí.
sin más.
sin menos.
ESTAR!
sin espera y sin recuerdos.
sin ayer.
hasta sin hoy.
estar en la estación de la vida y no esperar ningún tren.
ni venir nadie.
ni ir.
sólo ESTAR.
así Tú.
en un banco de cualquier estación.
sentado o de pie.
es igual.
pero estar en mí.
sin balanceos.
sin miedo a un tren que pase mañana a cualquier hora,
como con retraso,
y te vayas en él.
un tren, Señor, que ni venga ni vaya.
que ni siquiera pase por ninguna estación.
eso es, Señor.
una estación sin tren.
sin jefe.
sin silbidos ni campanas.
ni telégrafo.
y allí estar.
esperando sin esperar nada.
en cualquier banco del andén.
sin maletas.
sin prisas porque no se puede perder.
sin despedidas, ni pañuelos, ni lágrimas.
sin alegrías de llegadas ni besos ni abrazos.
No, Señor, estar.
sólo ESTAR.
pero ESTAR, Señor, estar.
estás Tú, Señor,
como muerto
naciendo a la vida.
en cada hora de mi corazón
se me escapa la muerte que viene.
y el alma me galopa desbocada
más aprisa que mi ser
pisa cada hierba del camino de la vida.
pero Tú estás siempre en lo hondo
aunque yo casi, Señor, no puedo verlo.
Tú, sereno, en mi vida agitada.
Tú, inmutable, en mi vida galopada.
Tú, tranquilo, en mi vida apasionada.
Tú, intocable, en mi vida tentada.
Tú, glorioso, en mi vida fracasada.
Tú, principio y fin,
alfa y omega,
en mi vida sin rumbo, ni fe, ni camino, ni meta,
sin principio ni fin,
sin amor, ideal, ni esperanza.
porque cada mañana me propongo
lo que siempre Tú sabes que dejo de cumplir,
y cada tarde ansío cada mañana
para hacer lo que nunca, aunque propuesto, hago.
y sin embargo Tú sigues ahí en mi vida,
sereno, inmutable, tranquilo,
glorioso, intocable,
y alfa y omega.
Señor, yo acepto la vida si te place enviármela.
yo la acepto, Señor, con el dolor de cada día
y la cruz de cada instante.
con el lento y cansino cansancio de vivir lentamente,
sin ilusión ninguna en el instante futuro.
yo la acepto con sus cosas y sus hombres,
sin amor ni apego a nada...
sin raíces, Señor, que me unan, a este caminar sin esperanzas.
nada amo, Señor, sino todas las cosas
en cuanto son reflejo de tu amor y belleza.
y su vista me llena de resignada esperanza.
a nadie quiero sino a cada hombre
porque son imagen tuya
con el dolor inmenso de no sentir tu única amistad
como único anhelo de mi alma,
ya cansino y apagado, pero vehemente y en rescoldo.
acepto, Señor, sí, acepto la vida
porque te place enviármela.
y aunque no me la comprendo, de rodillas te doy gracias.
soy feliz en la existencia, Señor,
porque la he recibido de tus manos,
y Tú sabrás, ‑yo no lo sé, ‑ porqué dármela.
no me encuentro sentido, ‑tan pequeño me encuentro,‑
pero sé que si me tienes, Tú sabes mi sentido.
por eso soy feliz.
yo nada sé. Tú lo sabes todo. y eso me basta.
y acepto la muerte como mi gran Pascua.
cuando llegue, Señor, terminará mi destierro, mi caminar,
y todo adquirirá sentido,
y se abrirá en gozo pleno,
en Ti, Señor, de mi vida y de mi muerte.
amén.
no me has llamado con tu voz, a gritos
en medio de las calles...
y has pasado a mi vera, mientras yo sonreía...
y ha caído la tarde, y ha llovido en la noche...
y ha nacido otra tierra...
yo soy de ayer...
y esta tierra me espanta.
y este mundo no es mío.
no lo tengo en los ojos
ni me grava en el alma.
y has pasado a mi vera
mientras yo sonreía...
no me has llamado con tu voz, a gritos
en medio de las calles...
ni he podido seguirte
caminando a tu vera
para morir contigo
y gustar tu amargura.
y que sepa tu muerte
a dolor compartido
y sonrían tus ojos
con cansada alegría.
yo me he quedado atrás; y Tú has caído.
no ha podido mi mano levantarte con gozo
aún mordiéndole en látigo.
y ha sido tu carne sola, besada por la espuma de tu sangre
quien se ha sentido frágil e impotente.
y has mirado a tu vera sin ver,
con mirada de perro lastimero
esperando una mano...
o al menos la mirada comprensiva
de unos ojos que quieran.
yo me he quedado atrás
sonriendo a las cosas
con sonrisa de niño.
no me has llamado con tu voz a gritos
en medio de las calles...
y has pasado a mi vera
mientras yo sonreía...